Bienvenidos.
Empesares cuenta mi historia, mi duelo, mi proceso desde el 10 de abril del 2020 cuando mi hijo Ignacio (Nachi) se quitó la vida. Ignacio tenía 28 años y todos creíamos que estaba bien. Ese día mi vida cambió para siempre. Antes escribía otro blog, el Blog de Jess. Un espacio en el que contaba mi vida hasta ese momento. A los pocos días de la muerte de Nachi, le pedí a mi amiga Beta Suárez que lo cierre, y ella con sus impecables y amorosas palabras lo puso en pausa. Quizás supo antes que yo que algún día las letras volverían a mis dedos mudos de ese momento. En julio empezó Empesares. Sí, con «s» porque mi vida seguía a pesar de mis pesares.
Hoy siento que Empesares se convirtió en mi misión. A Nachi siempre le gustaron mis letras, quiero creer que estará orgulloso viendo que su historia está ayudando. En una de sus cartas escribió: “Siento que la sociedad machista en la que vivimos no me deja pedir ayuda”. Lo que yo siento es que tengo que hacer algo con lo que me pasó. Escribir me sana y me doy cuenta de que Empesares está siendo sanador para varios. Empesares se hace a pulmón. Somos un equipo. Roberto Escardó, mi editor desde hace años. Julieta Egurrola, mi mejor amiga del mundo mundial que me ayuda con los mensajes y con mi agenda. Mi adorada prima la Lic. Cintya Castañeda, que coordina a los maravillosos psicólogos que están donando horas para ayudarnos a ayudar. Mi sobrina la Lic Jazmín Magnoli, que se puso Empesares al hombro con nosotros, y Charly Maltagliatti, nuestro diseñador, experto en contenido digital, el que nos ordena a todos. Charly que conoció a Nachi y siente que estar en Empesares también es su misión. Hace poquito se sumaron mis amigas Majo Rodríguez Arenas, María Eugenia Blasi y Fernanda Font que coordinan Empesares en inglés. Traducen mis palabras con impecable inglés sin perderme de vista. Gracias a ellos yo puedo escribir.
Son muchísimos los mensajes que recibimos. Tratamos de contestarlos todos. A veces algo se nos pasa. Pero Empesares somos todos. La magia ocurre cuando entre los lectores se hablan, se consuelan, se comprenden y se abrazan. Leer los comentarios es siempre un mimo para mi alma.
El suicidio de Nachi me partió el corazón al medio. En 11 meses perdí a mi mamá, a mi hijo mayor y a mi papá. En mayo del 2021 mi matrimonio terminó. Fueron meses brutales, pero acá estoy. De pie, con momentos de alegría cuando veo lo que está pasando con la historia de Nachi. Estamos logrando abrir una conversación que nadie quiere tener: suicidio, salud mental, duelo. No puedo prometer mucho, pero sí nos comprometemos a que acá siempre van a encontrar mi mano tendida y mis letras ordenadas para ojalá ayudarlos a transitar el dolor con dignidad y con la certeza de que siempre hay salida, si pedimos ayuda.
Jess.